Se dice, se comenta...

Que mis tocados sientan bien! y no lo digo yo con sobredosis de ego, lo dicen todas las que se han probado mis tocados. Vale, todas, todas... mi madre, mis tías, mi abuela y mis primas no cuentan, y siempre hay una sosaina que dice "eso no me lo pongo yo, ni loca! uuuuuuu..." pero el 80% restante de las probantes, se declaran fans de mis tocados, y eso a mi me motiva, y me alimenta más que un petitssuis!

No voy a soltar el rollo de que no utilizo pegamentos ni siliconas, para los que no lo sepan vayan al primer post, donde lo dejé bien clarito. El asunto es, que me pateo ciudades enteras en busca del color perfecto, la textura que seduce, el adorno adecuado, y siempre compro con el impulso de enamoramiento hacia el objeto. Incluso hay veces que el precio se sale de lo que debería pagar, pero es la pieza exacta que necesito, me lío la manta a la cabeza y saco la billetera como si estuviera hipnotizada (o idiotizada más bien, que luego hay que poner el precio al tocado y me entran los remordimientos)

Ya en casita, miro y remiro mi tesoro, como si fuera para mi la adquisición (ilusa!) y cuando se me pasa el embelesamiento, me pongo manos a la obra y el tocado no se acaba hasta que de el Do de pecho! 

Por eso digo yo... cómo no van a sentar bien los tocados Parfait Amour??!, si estoy horas mirando como queda si nos miran de frente, ahora si nos miran de perfil y rematando la faena... por si alguien nos mira el trasero y levanta la mirada... que el tocado por detrás acompañe la belleza de la caminante, no?!

Si alguna lectora duda de los poderes embellecedores de mis piezas...
 que levante la mano quien los quiera probar!
(vale, levanta la mano y envía un mail o manifiéstate por teléfono)
y yo gustosamente te diré dónde puedes hacer realidad esta hazaña.
Luego... no me eches en cara que te lo compraste!